martes, 9 de abril de 2013

De Nativos Digitales a Nativos Cyborgs, esto se pone cada vez más complicado

Mucho se habla actualmente de los Nativos Digitales, personas que nacieron en los últimos años, para quienes los dispositivos digitales son algo cotidiano y, a menudo, imprescindibles. Para ellos, el usar un computador o un dispositivo móvil es tan natural como a los de nuestra generación lo fue la televisión.

Tal como ha pasado en las últimas generaciones, los nativos digitales han tenido un choque cultural con sus antecesores. Así como nuestros padres no entendían por qué pasábamos tanto tiempo mirando televisión, a nuestra generación nos cuesta adaptarnos al ritmo y forma de comunicación de los nativos digitales. Si no nos adaptamos, corremos el riesgo de quedarnos obsoletos en la nueva sociedad que se está formando.

Sin embargo, parece ser que se avecina una revolución aún más radical que la producida por los actuales nativos digitales. La interfaces de usuario actuales no han evolucionado significativamente desde aquellos primeros balbuceos que vimos en la madre de todas las presentaciones o el sketchpad. La última generación de nativos digitales, si bien interactúan con la tecnología con una velocodad increíble, están restringidos por las capacidades limitadas de estas interfaces de usuario. Esto, en buena medida creo que es la razón por la cual todavía es posible mantener una comunicación cercana con ellos.

La revolución que realmente me preocupa es la que viene en las generaciones siguientes a ésta; aquellas para las cuales lo cotidiano no serán celulares o computadores, sino interfaces neuronales y comunicación instantánea cerebro-computador.

Dado el estado actual de dichas tecnologías, no es descabellado pensar que podamos comprar computadores implantables dentro de unas pocas décadas. Sin entrar en detalles sobre las implicaciones humanas y sociales de dichas tecnologías, el aspecto que más me preocupa son las generaciones que nacerán en medio de ellas.

Imaginemos ese escenario dentro de unas décadas. A un recién nacido se le implanta un computador en el cerebro, el cual queda íntimamente integrado a su desarrollo neuronal y mental. Este niño no solo ha tenido toda su vida un computador en la cabeza, sino que se comunica con éste a la velocidad del pensamiento. Aún si no es una lumbrera en términos de inteligencia, tiene un computador que le apoya en todas las tareas repetitivas y de cálculos intensivos. Desde ya tiene una ventaja enorme respecto a sus pares que no tengan implantado un computador.

A falta de un mejor nombre, llamemos a dicha generación, nativos cyborgs.

El tener un computador implantado en la cabeza no es lo que más me preocupa, per se. El asunto realmente complejo es la comunicación que un nativo cyborg tendría con otras personas con un hardware similar en sus cabezas.

Piensen por un momento en Twitter, probablemente uno de los medios de comunicación más populares entre los adolescentes. Agréguenle la posibilidad de escribir tweets con solo pensarlos y de leerlos con solo recibir ideas en la cabeza. La velocidad que una comunicación por ese medio podría ser órdenes de magnitud más rápida que el Twitter actual, incluso que el lenguaje hablado.

Más aún, consideremos el hecho que esos niños tendrían ese medio de comunicación disponible desde su nacimiento (incluso antes, si se hicieran implantes in-útero). Corremos el riesgo que esa generación, al tener mecanismos de comunicación radicalmente mejores que los actuales (incluyendo conversación presencial), termine alienándose del resto de la sociedad "normal". 

Quizás esta idea podría sonar radical, pero creo que no es descabellada.

La facilidad de comunicación por este medio, al sobrepasar la conversación presencial, podría hacer que los cyborgs digitales la prefieran, de la misma forma que mucha gente prefiere hablar cara a cara en lugar de usar e-mail o videoconferencia.

Adicionalmente, consideremos la jerga que los nativos digitales usan para comunicarse por Internet, las abreviaciones que hacen a las palabras y los símbolos que usan para representar emociones y otras ideas. Para una persona no versada en tecnología puede ser bastante de entender y eso produce un distanciamiento con los nativos digitales.

Piensen ahora en un nativo cyborg, el cual no solo está en capacidad de extender el lenguaje escrito, sino de crear un "lenguaje mental" sin las limitaciones de los idiomas actuales. Un nativo cyborg podría, en lugar de escribir en su computador neuronal la frase "pan con queso derretido", podría directamente pensar en un pan con queso derretido, imaginarse el olor, sabor y textura. El computador enviaría esa información a otra persona, cuyo computador neuronal reproduciría en su mente esas mismas sensaciones; todo en fracciones de segundo.

Pero esto no acaba allí. La creación de un lenguaje radicalmente nuevo no es posible sin cambios radicales en la forma de pensar. Me atrevería a decir que la generación de cyborgs digitales no solo se distanciaría de sus ancestros en términos de las formas de comunicación, sino también en términos de sus estructuras básicas de pensamiento, códigos éticos y morales.

De partida, la privacidad entre cyborgs digitales podría desaparecer del todo. Si una persona se acostumbra desde pequeño a compartir sus pensamientos con otras personas, ¿cómo se puede esperar que el concepto de privacidad se mantenga bajo los cánones actuales?

Otro cambio que podría producir cambios radicales es el acceso a información de todo tipo que el niño tendría desde pequeño. Actualmente nos preocupa la precocidad que muestran muchos nativos digitales --que a edades tempranas ya han visto más que muchos adultos--. Sin embargo, el problema puede acentuarse más en un contexto donde el niño no solo pueda recibir material audiovisual, sino también sensorial y de formas abstractas de pensamiento.

Un nativo cyborg en sus primeros años, no solo entendería conceptos como sexo o guerra, sino también los habría experimentado en su mente como si realmente le hubieran ocurrido. Esto, definitivamente lo distanciaría de sus antepasados.

En fin, podría seguir enumerando todos los muchos cambios que podrían producirse con los nativos digitales. Lo que sí me queda claro es que el conflicto generacional que viene, podría ser, lejos, el más traumático de toda la historia. 

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